Querido semanario,

El miércoles fue un día normal, aunque nada más salir del comedor, me empezó a doler mucho la tripa y me tuvieron que llevar a urgencias en una ambulancia. Todo el mundo estaba preocupado por mí. Menos mal, que me recuperé pronto.
Ese día, Juan y Noé hicieron educación física. Dimos tres vueltas al patio y luego juego libre. ¡Que divertido!
El jueves estábamos cansados, deseando que llegara el viernes para acabar la semana y, el viernes, fue un super día: todos jugamos, sin tener que hacer deberes, pero, al final, Juan Carlos, nos dio la fecha de los controles y volví a pensar que tenía que estudiar. En fin, ya queda menos para las vacaciones de Semana Santa!
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